viernes, 18 de julio de 2008

Interesentísimo artículo ....

Novedades sobre la objeción de conciencia frente a Educación para la Ciudadanía


Artículo de José Rafael Sáez March, pedagogo y miembro de VAEL (HO Valencia, 16-07-08).

Hace décadas que comenzó la ofensiva laicista que, entre otras estrategias, trata de utilizar a la educación como medio privilegiado de adoctrinamiento estatal. Ahora, desde que la LOE creó la EpC y sus tres Reales Decretos han desarrollado su contenido doctrinario en asuntos éticos y morales, el PSOE ha sacado a la calle sus armas de destrucción masiva de valores. La EpC, con su apariencia inocente, es una bomba de racimo contra las conciencias de los estudiantes.

En todo el territorio nacional, de forma especial en algunas CCAA, estamos viviendo una ardua batalla, con una nueva fractura social y una judicialización de le educación que hubiese sido innecesaria si el PSOE hubiera respetado el mandato constitucional que le obliga a garantizar el derecho de los padres a decidir sobre la línea educativa de sus hijos. A partir de ese nuevo desprecio al contenido de nuestra Carta Magna, han provocado una absurda batalla campal.

Es un espectáculo lamentable contemplar a la Educación sentada en el banquillo de los juzgados, por temas como éste, que viola descaradamente el Art. 27.3 de nuestra Constitución, contemplado, nada más y nada menos, en su Capítulo II, Sección 1ª, que regula nuestros derechos fundamentales.

Aunque lo cierto es que, todo el sistema socialista LOGSE-LOE, ya es, en sí mismo, una violación del derecho fundamental a recibir una educación regulado en el Art. 27.1, porque nos ha colocado a la cola de Europa (Informe PISA) y ha creado una generación de analfabetos funcionales. Y van a por la segunda. ¿A esta catástrofe la llaman educación?

Lo único bueno de esta guerra es que ha conseguido que, al menos una parte de la sociedad civil española, se despierte de su adocenado letargo y se movilice. Más de 50.000 objeciones de conciencia, cantidad sin precedentes en nuestra historia y más de 100 asociaciones y plataformas civiles batallando por este derecho, son un precioso indicio de que no todo está perdido.

Millones de personas se despertarán en un futuro muy próximo frente a la ruina económica, pero es infinitamente más edificante ver cómo son cada vez más los que se mueven por otros intereses de mucha mayor talla ética que el mero bienestar material, como son la educación de sus hijos en libertad, la defensa de sus valores y la oposición a las imposiciones ideológicas del gobierno de turno.

Como decía, la judicialización de la educación es un hecho. Treinta y seis sentencias y/o autos a favor de la objeción y en contra de la EpC del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, más los que se han sumado desde Tribunales de La Rioja y Huesca, aparte de un par de ellos en dirección opuesta de otros Tribunales. Una cadena de resoluciones y recursos que ya han llegado ante el Tribunal Supremo, que deberá unificar doctrina y resolver sobre el asunto. Eso sin contar las contiendas intra-autonómicas, como la generada en la Comunidad Valenciana a raíz de la Orden de 10 de junio, entre otras.

Todo un movimiento jurídico que llegará, si es preciso, hasta el Tribunal de Estrasburgo. Que yo recuerde, pocas veces han llegado tan lejos las iniciativas particulares, sobre todo en tan gran número. Digan lo que digan los adictos al régimen zapateril, todos estos valerosos padres son la verdadera avanzadilla que, luchando por preservar nuestro Estado de Derecho, evitará o, al menos retrasará, su premeditado camino hacia un Estado Neo-Totalitario.

Toda una sarta de combates legales, bien aireada en los medios con múltiples juicios paralelos, todo un descomunal esfuerzo de los padres y profesionales que defendemos la libertad de enseñanza y la enseñanza en libertad, desde todos los ángulos, mientras los partidarios del adoctrinamiento estatal laicista no cesan de sembrar el campo de sal y echarnos arena a los ojos.

Todo un esfuerzo de las bases sociales, enroladas en una guerra que jamás debió comenzar, en una innecesaria conflagración cuyo único responsable es el más irresponsable de cuantos presidentes han pasado por la Moncloa: José Luís Rodríguez Zapatero. Lo que no ha calculado bien es que el pueblo comienza a despertar de su larga siesta y que cada vez está menos dispuesto a dejarse mangonear.

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