"No es hora de flaquear.
Esto (cuyo alcance jurídico concreto está por conocer y analizar) lo teníamos perfectamente previsto.
En mi opinión, hay que ver el tema en la perspectiva de su importancia real.
Hemos acometido una empresa de dimensiones históricas. De primerísima categoría política, en el sentido más amplio y noble del concepto. Al movilizarnos para defender nuestra competencia de educación moral de nuestros hijos, hemos entrado inevitablemente en un terreno superior. Picamos alto, muy alto. Más allá de la cuestión de la libertad educativa, lo que está en juego es si nuestro sistema constitucional tiene capacidad de garantizar la piedra angular del sistema democrático, que es el derecho inalienable de cada persona al propio juicio moral y a vivir de acuerdo a sus imperativos. Algo tan básico que es el fundamento por ejemplo del derecho al voto en la elección de gobernantes.
La empresa es de tal calibre que, lógicamente, coronarla con éxito debe exigir una larga campaña, en que se pondrá a prueba nuestra determinación y perseverancia; como el pueblo de Israel hizo caer las inexpugnables murallas de Jericó.
Comprendo nuestra ansiedad por alcanzar los objetivos marcados; pero seríamos algo presuntuosos si pretendieramos que el TS se iba a entregar a nuestro primer embite. Entiendo que los cuatro recurrentes afectados por esta sentencia deben acudir en amparo al TC y si es preciso ir luego a Estrasburgo. Respecto al resto de los recurrentes, que son más de 1.600, han de ir compareciendo ante el mismo TS para defender el reconocimiento de nuestro derecho, en oleadas sucesivas, con variados bagajes probatorios y argumentaciones cada vez más desarrolladas que vayan refutando las expuestas por el TS. No somos unos pocos pleiteantes aislados, sino todo un ejercito de ellos, cuyos sucesivas refutaciones a los fundamentos del TS abrumará a éste. No existe, que yo sepa, ninguna otra controversia judicial en España que plantee tamaño desafío a los tribunales. Los tribunales españoles no se las han visto nunca con una potencia pleiteante como es el movimiento objetor; que se aten los machos.
Por tanto, ánimo y adelante. No desfallecer y conservar la pujanza, incrementandola si es posible, del movimiento objetor."
1 comentario:
seguiremos en la lucha contra este gobierno fascista
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